19/1/14

Cimas.





Por alcanzar el aroma de tus brisas,
hacia el cielo de tu boca,
en ti me ensueño ascendiendote.

Quebrando horizontes esteparios
al altar misterioso de tus ojos
todo de ti sin remedio me eleva.

Las manos de mis labios, los labios de mis manos
susurrándote tenues huellas por cerradas sendas
en tu piel inexpugnable sin retorno se perdieran.

Locura de mariposas fuera mi deseo,
por ti torrente vertiginoso mi pulso,
entre riscos de culpa cayendo libre al vacío. 

Recorro el silencio mullido
de tus caminos,
torpemente entre la niebla cerrada
de un deseo mudo.

Ruedo con la inercia brutal de una
desgajada pasión,
invento un tremolar de lirios
en tus caderas,
y de tu cuerpo de musgo y de nieve
pinto anhelos ocultos en mis paisajes.

Tu, indiferente y altiva
en tu serena magnitud,
entre tus pliegues me escondes
cálidos amparos con que soñar,
las densidades frías y  azuladas
del no poder amar,
tu fuerza y belleza por hoyar.

A tus pies, fiel al latir de sus días, queda mi corazón
lamiéndose con triste orgullo sus pactadas heridas,
renuncias abiertas, en su soñar, contra tu pecho de diosa.

Son las renuncias que vamos pactando con el tiempo.


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