Cincuenta.

Me felicito por este mi Abril de oro , todo bien gracias , toco madera

busco el exacto resultado del balance de mi ser tras 50 años de sumas y restas

-aquí sería justo un punto final tras una cifra en el haber y recoger complacencias-

pero una ambición de vida hasta la avaricia anota en sangre renuncias y carencias 

me quiero nube enamorada sobre un presente iluminado de mis ahoras más libres.

Si hubiera sido  taxidermista de mis vivencias   

o coleccionista de las mariposas nacidas de mis días

o poeta notarial de todo registro de amor que aun hoy me asombra

quizá ahora podría abrazar mi pasado envuelto en brillos de cuento

sin embargo, o no he vivido o no recuerdo tanta vida como ahora quisiera contener.

Si , algo me inquieta en estos primeros días de Abril

50 floradas dan la medida del poso concéntrico de mis días

un reflujo de oscura savia fluye por la veta oculta de mi conciencia

soy corteza supurando lágrimas de resina en este ahora que se agrieta   

y reniego de tanto tiempo dócil y baldío en aras de otro tiempo siempre por llegar. 

Brotando en azules, rompiendo sin nostalgias mis inviernos

así encontrará la calima del tedio  mi pecho agitado e incesante

firme resistiendo bajo banderas de pétalos y causas del color de tus ojos

rebelde para un nuevo tiempo, recuperado para el desafío de cada amanecer

convocando a todos los vivos en mi memoria a una orgía de pétalos nunca tardía.

Flor de almendro venciendo para un nuevo encuentro

sombra verde cuando la vida queme , rama para pájaros nocturnos

fruto de madera con sorpresa de sonrisa de nácar

corazón tallado sobre la brutal aspereza del tiempo

latente al acecho de primaveras cuando el hielo se imponga.

Así quedo, en el aire que lleva y que trae, en este cosmos de órbitas circulares.