Quizá tornará el tiempo viscoso de las negras densidades
la claustrofobia en un presente estanco como una celda
nos marchitarán hacia adentro nada heroicas derrotas
y vértigos empapados de otoño alimentará nuestro tronco abatido.
Quizá volverán con su veredicto atroz las oscuras golondrinas
en nuestros ojos su oscuros augurios en lágrimas a colgar
recorreremos de nuevo el túnel bajo la misma noche infinita
y el miedo romperá su jaula buscando anidar en nuestro pelo.
Miedo libre ascendiendo desbocado hacia cumbres luminosas
amarillo ácido sobre azules celestes fundiendo en esperanza
será nuestro tiempo atenazado por una pesadumbre de mármol
y seremos cuerpos como nunca, islas en sus mares de dudas ateridos.
No. Sin remedio somos luz. Y si es así…..
Como otras veces, pertinaz osadía, abriremos a la noche sus ventanas
de nuestro tiempo en que somos haremos un espacio de vida abigarrada
de la eternidad soñemos una soleada tarde de Domingo enamorada
y nos forjaremos un alma en calma de paisaje donde el amor nos perdure .
Nada más le concedo a la idea del último instante de mi cuerpo
que la pompa del consuelo.
Aquellas del negro, duro, frío, no soportable augurio, aquellas no volverán.
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