5/1/14

Meadica blues - nocturno -.




Saliendo del baile a orinar, me la encontré.

Ella en mí, inmensa de pupilas, me llama
y yo, ya en ella, me diluyo aliviado hasta desaparecer.
Como al fuego, al agua, al aire, tierras de mi carne 
a la noche, toda alma, que desde el cielo me convoca, retorno
a renovar las mismas miradas siempre como nunca.

La noche es sublime arquitectura de espacios inabarcables
construida de tus anhelos, mis deseos, de preguntas y sosiegos
ascendiendo a encender reflejos estelares como heraldos del sol.
Este debe ser el cielo prometido moteado de presencias y certezas.
Te reencuentro mientras orino dos cañas al susurro de Shakira.

Clandestina catedral de altares montaraces y coro de grillos
con mis pies firmes en tierra y altiva la cabeza a toda vida invoco.
Insignificante, en mitad del tiempo eterno que sestea en la noche,
libero deseos de ternura y armonía donde todos venzamos al fin.

Vuelvo dentro, al baile de tangibles entusiasmos conquistados,
allí también la noche…en los brillos de la falda corta con lentejuelas,
en las luces, nocturnas, de fluorescentes que protegen con celo su guarida,
en misteriosos roces de miradas, en menguantes lunas iluminando rostros.

Afuera, quien lo diría, los ríos fluyen, las liebres velan, los niños sueñan..

Tras las ventanas musgo negro, el tiempo, el silencio,  la noche impera...

inabarcable vacío es la noche, repleto de complicidades entre tu y tus lunas.  

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