19/5/24

VIDA LABORAL.

 






Por cuenta ajena 19 años cotizados. Omito el nombre del taller por el cariño que le tuve ( Y omitir pistas que no llevan a lugar alguno ) hasta que fue abordado por un domador de payasos en una noche sin luna y mar en calma. Esa es otra historia como tantas, nefasta segunda parte de la que podría ser la isla del tesoro.

Apenas me queda el siseo del rodar de las horas marchitas

de 19 otoños dejándome sobre los hombros su poso invernal,

fue mi nacer laboral en sala obstétrica de buzos azulina y codos afilados,

mi primer llanto entre miradas y prensas excéntricas troquelando

los segundos con su brutal tictac de bocados a aquel mi tiempo de metal…

tiempo de amapola rusiente acerándose en el agua fría de mi mesa

gris verdoso y cromo, diáfana filigrana y ciega superficie de cristal.

 Fiel a la puntual llamada de las sirenas y náufrago en clases nocturnas,

fui tejiendo mi rincón de inercias y rutinas entre la bruma azul ducados

y los malos humos de la trabajada prepotencia de un enrabietado acompañante despiadado…mucho después, cómo es la vida, edulcorado por sus años buscó mi absolución, o su consuelo, o una normalidad compañera que nunca le fue negada… quien lo sabe…

(Su torpeza de caracol apenas dejó en mi camino el rastro de su mala baba de entonces así que nunca resbalé cayendo de bruces en el rencor).

 Fui redactando presagios, bitácoras, rumbos, pautas, procedimientos y apasionadas cartas comerciales…

y por un futuro tácitamente pactado fui archivando, diligente, uno a uno mis días de 6,45 a 15 h. de lunes a viernes.

 Y allí quedó, mi estela engullida en su mar de papel, parte de aquel que comencé a ser con 18 años en la vieja oficina a presión.

Algo aprendí de cómo somos cuando llueve, de los calibres y alcances tan diversos de la ambición…

Qué gané o perdí, que quise olvidar, qué quedó, cuanto importa ya un pasado extraviado ?

Gané un poco de mí mismo, me perdí la luz de Junio, gané acompañar a papá como se sigue a un Quijote en un parque eólico, me perdí mis caminos insospechados, gané conocer a buena gente en entornos hostiles, me perdí en las corrientes bravas de un destino inquietante, gané tomar la arriesgada senda de la dignidad, me perdí el carpe diem ..ya tendrás tiempo yá…cita canalla donde las halla…

 Así que hoy mucho te debo, gracias chaval de coraje impuesto, no me siento defraudado, en tu nombre ni a la nostalgia ni al rencor convoco, y a los náufragos de entonces avisto hoy bajo la misma sonrisa de luna en mengua dócil y tenaz en la muga entre oriente y occidente.

 Con ella declamo mi saludo, antiguos compañeros de reparto, con guiños de estrella en noche serena:

Salud y armonía compañeros,

un beso eterno padre compañero, sé que nos quisimos, y mucho, lo mejor,

saludo también a envidias, traiciones, especuladores de salón y trileros de charol

¿ Acaso no es el dinero el fruto más dulce en el árbol del trabajo ?

¿ Acaso no es el mundo del trabajo origen de todo bien codiciado al que se expone desnudo en la orgía de las corbatas de piel de lagarto ?

¿ Existe pues algo o alguien más en esa última hora de cierre de las bolsas imponentes o diminutas ?

¿ No es el poder a los que ya creen torearlo todo lo que es el dinero a sus subalternos ?

Adelante pues dejemos que galope el mundo bajo espuelas de oro o al menos de brillantina…

 Tantas preguntas aprendí que todo lo quise olvidar y un laberinto de dudas me llevó a una certeza, y con ella partí a contracorriente, contra todo pronóstico, a favor de mi sangre sagrada tan nuestra.

 Loados sean pues los arrepentidos con sus sorprendentes buenos gestos tan tardíos como bien acogidos, un brindis por el éxito en sus absorciones verticales, de buena teta bien se medra, de los grandes terneros de la meritocracia y el autobombo con sus medallas de latón recuerdo de un salchichón, escarapelas bicolor y plumeros amarillo canario y limón...entended capacitados gestores que lo tenía que decir, mera cuestión de honor.

 En fin, gracias a todos, gracias de este joven noble y trabajador, son vuestros los piropos, no los dije yo.

Hoy te abrazo íntimo amigo de mi misma carne de entonces, te tomo con mis brazos esos tus mismos de entonces, con la ingenuidad de tu entusiasmo como entonces, y beso tu alma agazapada tras la aparente feliz normalidad impuesta y cotidiana…

Mi jovencísimo desconcertado, coge hoy tu mano que te tiendo desde lo insospechado de tus días.

Tu madrugar aquel, yacente en el azogue de los espejos rotos, computa hoy en la escueta cifra de mis días trabajados…

Pero ni rastro de las densidades de aquellas tus horas cuajando tus días, tan tiernamente sacrificados en el altar insaciable del deber por cumplir.

 Por cuenta propia 25 años cotizados. Texartu estudio textil.

Perdonad si me detengo demasiado en el trujal del tiempo, allí donde queda prensado en perfecto orden el orujo prieto y reseco de nuestros días, nunca podré aspirar a la condensación y exactitud de mi vida laboral contenida en el informe de valoración de mi jubilación.

 Coautónomos como concepto vital, ajenos a seguridades y derechos aún por cosechar, fuimos yunta abriendo su huebra en la pulpa verde y grasa de las cercanías…

Ganaba el amor su batalla y de la mano fuimos asediando cuarteles de invierno con agujas forjadas en nuestro yunque de caramelo, tintineo ilusionado era nuestro trabajo buscando sus golpes certeros.

 Como a alguien cercano, a su personalidad jurídica -sucia comparativa- nos dedicamos, ( No voy a decir en cuerpo y alma que para eso ya está el regetón y el sueño americano ),

y una cuadrilla de tópicos, de potes por lo viejo, se hicieron habituales…el esfuerzo con sus zapatos prietos, el tiempo con su playa embotellada, el riesgo sujeto a la barra, la denostada suerte ¡Grande! de la que pocos hablan, el saber con su borrachera de malos tragos a la espalda, la tenacidad con sus mil veces repetidas historias de tasca…

Y entre todos y otras que fueron llegando fuimos mezcla de harinas por cerner, horno caliente, pan de casa, calle festiva, textiles de cercanía, espacio de encuentro, gramo en el platillo elevado de la balanza, tradición con su traición renovada, cultura rica y diversa y libre, peña, dantza, cuadrilla y pañuelos al vuelo al dictado de los pentagramas.

 Que gusto trabajar para la cara iluminada de tus lunas, bajo fuegos solsticiales, músicas de resistencia, afectos ceremoniales, brillo en los ojos y vinos que escarban y hermanan.

 Tanto hicimos, con la venia bondadosa de tanto tiempo concedido, que hoy no nos queda sino empezar a marchar, poco a poco, de nuevo hacia nuevos caminos.

Lo que hicimos mal, lo que hicimos bien, lo que hicimos sin saber, ni mal ni bien…todo ya casi hecho está.

De nuevo salud y armonía compañeras allí donde ahora os encontréis.

Compañeras de trabajo de hoy en día, salud y armonía también en vuestra

juventud generosa vertida a raudales para continuar más allá de los ya muy andados caminos, aquí queda el viejo carro con sus bujes engrasados testigo de tanta vida …

 Hoy perdida ya parte de esa chispa que asombró a la gris monotonía,

apocado el empuje de esta yunta ante estos nuevos barbechos por labrar,

volvemos la vista atrás por rebuscar entre lo que dejó la bajamar de mil horizontes en su fuga

de cascada circular… nuestra breve “memoria del intento*” por desvelar.

*De Enrique Satué en Pirineo y manta.

La labor y el tiempo en el tiempo del taller despertó su simiente, y con el buen tempero de esta tierra y su gente desperezó su tímida raíz para no perderse, y abrió a los vientos sus hojas volanderas para en ellos perderse.

Algo hay, en fin,  donde no hubo nada.

 Atrás queda un paisaje del alma por tantas manos de años levantado,

delante un porvenir de bienestar bien publicitado, un sosiego por construir,

un nuevo tiempo que alimentar, pensar limpio sin parar a cavilar, ni decir

erudito -ya tendrás tiempo ya…-

Extraña esta percepción de tus días como de octavillas apiladas desde este ángulo en fuga desde el que el todo y la nada, la parte y el todo o casi toda una vida, aun rebajada al rango de “laboral”, se apelmaza o difumina hasta casi desaparecer ocultando sus dimensiones brutales.

 A eso se deben referir cuando dicen que los árboles impiden ver el bosque o lo relativo del tiempo en un día sin pan.

Fue una suerte inmensa estar en el lado de los que pueden aportar.*

      *Mi primo Mariano.

Lo dejo ya que llevaré buen rato, 15.536 días a fecha del chupinazo del 25.

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