23/9/24

HAY LUGARES.

 


 A José Luis Galar -Gracias por tu ánimo- y para todos y todas burufalletas. Porque saben a qué lugares me refiero. Y para Carlos  por tu tortilla.



Hay lugares inmensos comparativamente diminutos, lo sé,  atendiendo a lo físicamente mensurable en este planeta ya de por sí insignificante y perfecto en el espacio. Lugares diáfanos de par en par abiertos por el filo bruñido de las luces que desde niños tan bien aprendimos. Lugares en donde tierra y cielo piel con piel, curtida y sensible para resistir y amar, de agua, de tierra y de roca germinan en verdes y plata sus besos. Y si corre el aire, en sus mil formas de decirnos, nos relata susurros de aromas, o el romper de las olas, o el aliento de los desiertos…para que hagamos de miel y de roca y de polvo nuestra esencia. Lugares acomodados en nuestros ojos acostumbrados a lo asombroso de sus nuevos matices mostrando su ímpetu o su rubor. Son lugares donde todos tenemos un nombre, un origen, una pertenencia…tampoco se quedan sin nombre las curvas de la carretera, ni los campos, caminos y fuentes, perros y gatos, aires y aguas, casas y ruinas y hasta al nombre de los muertos les cuesta generaciones acabar de morir. Todo lo que tiene un nombre, por derecho propio,  existe.

En ellos el tiempo, perdido su norte, soñoliento órbita un hoy cotidiano hecho de masa de pan  sin cernir ayeres ni mañanas. Aturdido por el persistente relevo de gentes y estaciones queriendo mantener su pulso renovado, inexorable vaivén pendular del vivir, en estos lugares el tiempo nos mece hasta hacer soñarnos inexpugnables en nuestra atalaya resistiendo a salvo de tantas amenazas que nos habitan.

Es nuestro pueblo…estrella en el firmamento, firmamento estival, diminuto, inmenso, necesario, olvidado, deseado, apartado, ignorado, proclamado, querido y odiado …nuestro, de todos, de nadie, vaciado, llorado, rural y militante, diverso y siempre el mismo.

Allí pues nos seguimos juntando arrastrados por mareas vivas como restos del naufragio de lo que fuimos…abrimos las casas donde ya nadie espera como visitantes a destiempo y salimos a la calle a encontrarnos…otra vez aquí, no importa desde cuando, venidos desde allí de donde seamos el orden construido de nuestros días.

No firmamos tratados de paz o ponemos orden en el caos ambiental, ni pretendemos influir en la elecciones americanas del norte, ni tan siquiera en alguna del sur. Tampoco nos juntamos para compartir tensionadas sombras de pensamientos que se pierden en la lejanía, ni desenvainar desnaturalizados juicios de la mano de arcanos prejuicios o desenterrar rencores o negras envidias horadando en su agujero. A veces, eso sí y sin apenas resultados, nos gustaría incomodar un poco a consejeros muy de partido y nada de país. ¿ Pero acaso no es la  armonía compartida un primer acto suficiente de cercanía y por tanto de rebeldía ?.

No, sólo nos juntamos en torno a lo que somos después de tantos que, sin invocar a un destino o a nobles estirpes, aquí sin saberlo de la mano nos han traído…. Con nuestra merienda, nuestra navaja, nuestra bota y nuestro legado de continuidad de Casa sobre las alas de las mariposas  hablamos y hablamos… y hablando y riendo va pesando la tarde sobre este paisaje  otoñal que somos y que nos mira… y habla y ríe sabiéndonos todos un mismo lugar diminuto e inmenso. O al menos eso queremos creer porque querer creer se parece a comprender lo aprendido.

Juntos contra la distancia y el tiempo, fugaz utopía, en este espacio tan nuestro abierto al mundo en canal compartiendo el privilegio de observar y procurar preservar pequeños espacios de dignidad. Contra todo pronóstico juntos una tarde más resistiendo sin más… juntos de nuevo celebrando el que más da, cultivando fértiles cercanías en nuestras pequeñas parcelas de poder, diminutos e inmensos…aquí seguimos, espora verde conteniendo en su vientre al mundo, esta tarde encarnado en el complejo milagro de una tortilla de patata.                                                                                                                            

Salud país.

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