25/3/24

Chuanyón.


 





Nos dejaste sin una razón para el alivio,

una excusa para el consuelo, un al menos…

un beso, un adiós, una gracieta somarda,

un porqué de mentirijillas, un rastro de certeza…

sólo un dolor desconcertado, un crujir de caparazones.

 

Nos dejaste en tu Zaragoza fatal labordetiana del amor-odio

destino profético de tantos como tú en busca de amparos,

 Cheposlovaquia que, resistente a la intemperie, llegaste a amar…

amar en sus días de banderas cuatribarradas en arrebato de cierzos,

amar en sus noches de garitos refugio para las buenas ánimas perdidas.

 

Nos dejaste…extraño reflejo de sobras en luces…, nos dejaste…

Tu muda invernal atrapada entre nuestros paisajes,

cartografías de sendas celestes para noches de verano,

epistolarios caligrafiados en el aire con sabia de chinebro,

cartas náuticas de efervescencias ondulantes de peluche y jisca,

proyectos constructivos de castillos inexpugnables de andar por casa,  

glosarios sobre sincronías de luciérnagas de vino y fuegos de resistencia,

partituras para metales, mucha barra y pichadeta-blues bajo cielos de armonías,

diccionarios de voces, miradas, silencios, dobles sentidos y parolas de fumo,

isobaras prietas de aromas templados prediciendo tardes de badina y sol,

memorias que ordenamos como podemos en el hueco que dejan las ausencias… 

 

Y nosotros todavía por aquí con billete de ida y vuelta en el país de las despedidas,

como torpes mariposas nocturnas vamos libando la luz temblorosa de nuestros días

y al encuentro de cualquier amparo nos convocamos para celebrar lo que amamos

queriendo creer, antes de que por a chaminera escapen ta lo tellau, en dulces cercanías

 y así, en un batir de alas maquilladas, orbitamos soles, lunas y entretenidos sucedáneos.

Tú estarás por La Peña irrenunciable que soñabas

forjando atardeceres heridos de muerte cada tarde

mallando en la fragua, sangre agua y fuego , de la Gorgocha

o con los de Casa compartiendo chistes e irreverentes sintonías

en un Chamblán inalcanzable desde nuestro tiempo a contracorriente…

y en la contundente presencia caliza abierta por el tesón del tiempo

que haces tuya sólo con que levantemos la vista al sur, verde oleaje,

escorzo de avalancha de horizontes a la fuga ocultando al mundo tu tesoro compartido.


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