Himno
de enamorados es tu voz,
luz
de resistencia para un Noviembre
en
un París tiritando en tus erres
ante
tantas proclamas invernales.
Himno
rasgado para reductos de libertad,
playas
ocultas germinando Mayos urbanos,
patrias
gestantes de amparos maternos
y
brazos tostados al encuentro como pan compartido.
Eres
música…y París…patrias universales
de
amantes bajo banderas floreadas de vestidos
estampados
para tardes soleadas de posguerra,
eres
amanecer rasgando en jirones de luz
la
noche de tu cantar al amor de todo tiempo.
Palabras
al amor, terca simiente escondida
bajo
los campos desolados de la historia…
germinando
sin cesar sus victorias de labios
cotidianos
contra inviernos de sangre al acecho.
Valientes
amantes adelante, carne de cañón hacia la
única
victoria posible. Adelante entre trinos de arrabal,
marchad
hacia la inmensidad celeste aún por surcar
recitando
tristes versos, entonando gorjeos de pecho herido,
cantando
los viejos himnos de una misma sangre enamorada.
Toda
tú hecha de voz,
del
redoble de la bohemia
del
fragor de los amantes
del
rasgar del acero
del
rumor de espigas
de
acordeones, de París…
En ti el amor me escucho…
entre alas de violines y una
voz rota elevándose.
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