Si hace falta la nana iluminada de la luna con su terco
mecer
y el fértil pecho
solar para acunar sosegadas bajamares.
Si hace falta aire joven que pastoree en los valles del
cielo sus nubes,
rebaños de fuego contrariado disipando hasta la calma su
desazón.
Si hace falta la sincronizada danza, en el huevo milenario
descrita,
de mil voluntades para recomponer un orden de hormiguero,
tenaz búsqueda de amparo, hoyando en la inmensidad del caos.
Si hace falta ser espuma y pluma blanca bajo soflamas
inflamadas,
desarmarse el pecho, resistir la herida y seguir en pie de
paz…
a ver si cesan los azogues que agitan banderas-espejo de
aniquilación.
Que hará falta entonces para fluir bajo el orbe en busca de
alivios
a picores cotidianos, enfados de opereta, dramas maquillados,
grano arena en el ojo cualquiera de ellos, óvulos de gran
cetáceo…
Que sosiego, calma, orden y paz de chocolate en mi tarta de
letras,
pasen a ser lo que dicen ser en mi yo dolorido y abatido…
o al menos me orienten por donde encontrarme caminos.
Desde este enfado que
me retiene en mis propios fangos de fondo,
y solo en mi pleamar bajo el rayo que atenaza… escondido te
busco…
y me niego a creer, terco y absurdo como el rencor, que
quiera encontrarte…
Y aquí sigo como una hoja caída al agua girando en mi remolino,
sabiendo que muy pronto, como la mar dócil a la física de
las atracciones,
de nuevo seremos nuestro orden de calmas imperfectas,
vulnerables a la enojosa torpeza de enfadarse,
para desenfadarse después en vergonzosa victoria.
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