En
un primer aleteo de gorrión de plaza recoleta
en
su indefensión acolchada de chapa pedaleo,
recogiendo
los maduros primeros esplendores al pasar
con
mi orgánica sincronía de impulsos por volar,
sobre
su mecánica sincronía de impulsos por avanzar
burbuja
de hojalata, forcejeando con el asfalto al subir,
volando,
entre mil besos estrellándose en mi cara, al bajar.
Y
entre bofetadas de humo reciente del aire soy
y
del alma del paisaje respiran mis ojos,
todo
en él me empuja, me lleva, me recorre
y
de la tierra sólo tomo aquello que es
vida
y
el leve equilibrio que el impulso sustenta.
Desde
mi bicicleta te saludo ciudad de inercias de plomo…
de
cruces de miradas amigas te quisiera
de
stops de agobios y de asfaltos de felpa…
camino
del trabajo te recorro Iruña en esta hora primera
en
la que apenas despiertas, sin saberlo, tan bella.
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