Por cuenta ajena 19 años
cotizados. Omito el nombre del taller por el cariño que le tuve ( Y omitir
pistas que no llevan a lugar alguno ) hasta que fue abordado por un domador de
payasos en una noche sin luna y mar en calma. Esa es otra historia como tantas,
nefasta segunda parte de la que podría ser la isla del tesoro.
Apenas me queda el siseo del
rodar de las horas marchitas
de 19 otoños dejándome sobre
los hombros su poso invernal,
fue mi nacer laboral en sala
obstétrica de buzos azulina y codos afilados,
mi primer llanto entre
miradas y prensas excéntricas troquelando
los segundos con su brutal
tictac de bocados a aquel mi tiempo de metal…
tiempo de amapola rusiente acerándose
en el agua fría de mi mesa
gris verdoso y cromo,
diáfana filigrana y ciega superficie de cristal.
Fiel a la puntual llamada de
las sirenas y náufrago en clases nocturnas,
fui tejiendo mi rincón de inercias
y rutinas entre la bruma azul ducados
y los malos humos de la trabajada
prepotencia de un enrabietado acompañante despiadado…mucho después, cómo es la
vida, edulcorado por sus años buscó mi absolución, o su consuelo, o una
normalidad compañera que nunca le fue negada… quien lo sabe…
(Su torpeza de caracol
apenas dejó en mi camino el rastro de su mala baba de entonces así que nunca
resbalé cayendo de bruces en el rencor).
Fui redactando presagios,
bitácoras, rumbos, pautas, procedimientos y apasionadas cartas comerciales…
y por un futuro tácitamente pactado
fui archivando, diligente, uno a uno mis días de 6,45 a 15 h. de lunes a
viernes.
Y allí quedó, mi estela
engullida en su mar de papel, parte de aquel que comencé a ser con 18 años en
la vieja oficina a presión.
Algo aprendí de cómo somos
cuando llueve, de los calibres y alcances tan diversos de la ambición…
Qué gané o perdí, que quise
olvidar, qué quedó, cuanto importa ya un pasado extraviado ?
Gané un poco de mí mismo, me
perdí la luz de Junio, gané acompañar a papá como se sigue a un Quijote en un
parque eólico, me perdí mis caminos insospechados, gané conocer a buena gente en
entornos hostiles, me perdí en las corrientes bravas de un destino inquietante,
gané tomar la arriesgada senda de la dignidad, me perdí el carpe diem ..ya
tendrás tiempo yá…cita canalla donde las halla…
Así que hoy mucho te debo,
gracias chaval de coraje impuesto, no me siento defraudado, en tu nombre ni a
la nostalgia ni al rencor convoco, y a los náufragos de entonces avisto hoy
bajo la misma sonrisa de luna en mengua dócil y tenaz en la muga entre oriente
y occidente.
Con ella declamo mi saludo,
antiguos compañeros de reparto, con guiños de estrella en noche serena:
Salud y armonía compañeros,
un beso eterno padre
compañero, sé que nos quisimos, y mucho, lo mejor,
saludo también a envidias, traiciones,
especuladores de salón y trileros de charol
¿ Acaso no es el dinero el fruto
más dulce en el árbol del trabajo ?
¿ Acaso no es el mundo del trabajo
origen de todo bien codiciado al que se expone desnudo en la orgía de las
corbatas de piel de lagarto ?
¿ Existe pues algo o alguien
más en esa última hora de cierre de las bolsas imponentes o diminutas ?
¿ No es el poder a los que
ya creen torearlo todo lo que es el dinero a sus subalternos ?
Adelante pues dejemos que
galope el mundo bajo espuelas de oro o al menos de brillantina…
Tantas preguntas aprendí que
todo lo quise olvidar y un laberinto de dudas me llevó a una certeza, y con
ella partí a contracorriente, contra todo pronóstico, a favor de mi sangre
sagrada tan nuestra.
Loados sean pues los
arrepentidos con sus sorprendentes buenos gestos tan tardíos como bien acogidos,
un brindis por el éxito en sus absorciones verticales, de buena teta bien se
medra, de los grandes terneros de la meritocracia y el autobombo con sus
medallas de latón recuerdo de un salchichón, escarapelas bicolor y plumeros
amarillo canario y limón...entended capacitados gestores que lo tenía que
decir, mera cuestión de honor.
En fin, gracias a todos,
gracias de este joven noble y trabajador, son vuestros los piropos, no los dije
yo.
Hoy te abrazo íntimo amigo
de mi misma carne de entonces, te tomo con mis brazos esos tus mismos de entonces,
con la ingenuidad de tu entusiasmo como entonces, y beso tu alma agazapada tras
la aparente feliz normalidad impuesta y cotidiana…
Mi jovencísimo
desconcertado, coge hoy tu mano que te tiendo desde lo insospechado de tus
días.
Tu madrugar aquel, yacente
en el azogue de los espejos rotos, computa hoy en la escueta cifra de mis días
trabajados…
Pero ni rastro de las
densidades de aquellas tus horas cuajando tus días, tan tiernamente sacrificados
en el altar insaciable del deber por cumplir.
Por cuenta propia 25 años cotizados. Texartu estudio textil.
Perdonad
si me detengo demasiado en el trujal del tiempo, allí donde queda prensado en
perfecto orden el orujo prieto y reseco de nuestros días, nunca podré aspirar a
la condensación y exactitud de mi vida laboral contenida en el informe de
valoración de mi jubilación.
Coautónomos como concepto vital, ajenos a
seguridades y derechos aún por cosechar, fuimos yunta abriendo su huebra en la
pulpa verde y grasa de las cercanías…
Ganaba el amor su batalla y de la mano
fuimos asediando cuarteles de invierno con agujas forjadas en nuestro yunque de
caramelo, tintineo ilusionado era nuestro trabajo buscando sus golpes certeros.
Como a alguien cercano, a su personalidad
jurídica -sucia comparativa- nos dedicamos, ( No voy a decir en cuerpo y alma
que para eso ya está el regetón y el sueño americano ),
y una cuadrilla de tópicos, de potes por
lo viejo, se hicieron habituales…el esfuerzo con sus zapatos prietos, el tiempo
con su playa embotellada, el riesgo sujeto a la barra, la denostada suerte
¡Grande! de la que pocos hablan, el saber con su borrachera de malos tragos a
la espalda, la tenacidad con sus mil veces repetidas historias de tasca…
Y entre todos y otras que fueron llegando
fuimos mezcla de harinas por cerner, horno caliente, pan de casa, calle
festiva, textiles de cercanía, espacio de encuentro, gramo en el platillo
elevado de la balanza, tradición con su traición renovada, cultura rica y diversa
y libre, peña, dantza, cuadrilla y pañuelos al vuelo al dictado de los pentagramas.
Que gusto trabajar para la cara iluminada
de tus lunas, bajo fuegos solsticiales, músicas de resistencia, afectos
ceremoniales, brillo en los ojos y vinos que escarban y hermanan.
Tanto hicimos, con la venia bondadosa de
tanto tiempo concedido, que hoy no nos queda sino empezar a marchar, poco a
poco, de nuevo hacia nuevos caminos.
Lo que hicimos mal, lo que hicimos bien,
lo que hicimos sin saber, ni mal ni bien…todo ya casi hecho está.
De nuevo salud y armonía compañeras allí
donde ahora os encontréis.
Compañeras de trabajo de hoy en día,
salud y armonía también en vuestra
juventud generosa vertida a raudales para
continuar más allá de los ya muy andados caminos, aquí queda el viejo carro con
sus bujes engrasados testigo de tanta vida …
Hoy perdida ya parte de esa chispa que
asombró a la gris monotonía,
apocado el empuje de esta yunta ante estos
nuevos barbechos por labrar,
volvemos la vista atrás por rebuscar
entre lo que dejó la bajamar de mil horizontes en su fuga
de cascada
circular… nuestra breve “memoria del intento*” por desvelar.
*De Enrique
Satué en Pirineo y manta.
La labor y el tiempo en el tiempo del taller despertó su simiente, y con el buen tempero de esta tierra y su gente desperezó
su tímida raíz para no perderse, y abrió a los vientos sus hojas volanderas para
en ellos perderse.
Algo hay, en fin, donde no hubo nada.
Atrás queda un paisaje del alma por
tantas manos de años levantado,
delante un porvenir de bienestar bien
publicitado, un sosiego por construir,
un nuevo tiempo que alimentar, pensar limpio
sin parar a cavilar, ni decir
erudito -ya tendrás tiempo ya…-
Extraña esta percepción de tus días como
de octavillas apiladas desde este ángulo en fuga desde el que el todo y la
nada, la parte y el todo o casi toda una vida, aun rebajada al rango de
“laboral”, se apelmaza o difumina hasta casi desaparecer ocultando sus
dimensiones brutales.
A eso se deben referir cuando dicen que
los árboles impiden ver el bosque o lo relativo del tiempo en un día sin pan.
Fue una suerte inmensa estar en el lado
de los que pueden aportar.*
*Mi primo Mariano.
Lo dejo ya que llevaré buen rato, 15.536
días a fecha del chupinazo del 25.