3/4/24

CRUCE DE CAMINOS

 







Para recoger de la zarza, con cuidado, prietos racimos de letras - con los negros mi tía escribía mermelada - que no permiten esperas,

o arañones que borrachos de cercanías nos diluyan en su espirituosas sangres festivas.

Para libar esencias del color de la semilla de boj, de musgos de resistencia, de espejos celestes o del turbio poso que dejan las tormentas.

Para rescatar, -lo visible como ejemplo de lo real-, para ti fósiles marinos del polvo de mis días, y ecos de lenguas minorizadas por veredicto de las corbatas.

 Para esto escribo mis caminos hasta llegar a este recóndito cruce, cita a ciegas a salvo de nuestra propia mirada,

aquí quizá resuene tu pecho, pretenciosa música que llamamos poesía,  de certeras armonías…o al menos algo en ti salve mi letra de canción desconcertada.

Palabra  justa y multicolor, transversal, trascendente a vuelo raso para un nosotros compartido,

palabras al servicio de supuestas verdades de la mano de otras pequeñas verdades de cuento inventado.

Palabras enraizadas de plaza y taberna  ¿ Acaso cada espacio no merece su música ?,

palabra para llenar tu silencio si te escuchas…, anegar lo que es peor que el silencio, silencio que también es música…

Por eso te escribo poemarios de la señorita Pepis o coreografías de masas –En mi pueblo con un trío en el escenario interpretamos sincronías de armonías - .

 O te susurro palabras de bohemia para juntos desvelarnos misterios…

o decirnos nuestra mirada asombrada,

o desvelarnos a la luz del relámpago de la vida para cegarnos de esperanza,

o simplemente darnos la mano en un mismo pulso contra el frío opaco que a veces se impone.


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