4/4/24

NOCTURNO

 

Ella en mí, inmensa de pupilas, me llama

y yo, ya en ella, me diluyo aliviado hasta desaparecer.

Como al fuego, al agua, al aire, tierras de mi carne 

a la noche, toda alma, que desde el pecho me convoca,

retorno a renovar las mismas miradas siempre como nunca.

  

La noche es sublime arquitectura de espacios inabarcables

construida de tus anhelos, mis deseos, de preguntas y sosiegos

ascendiendo a encender reflejos estelares como heraldos del sol.

Este debe ser el cielo prometido moteado de presencias y certezas.

Te reencuentro, frente alta, mientras orino cañas de espaldas a Shakira.

 

Clandestina catedral de altares montaraces y coro de grillos

con mis pies firmes en tierra y altivos mis ojos a toda vida invoco.

Insignificante, en mitad del tiempo eterno que sestea en la noche,

libero deseos de ternura y armonía donde todos venzamos al fin.

 

Vuelvo dentro, al baile de tangibles entusiasmos conquistados,

allí también la noche…en los brillos de la falda corta con lentejuelas,

en las luces nocturnas de fluorescentes que protegen con celo su guarida,

en la polilla con su bata de guatiné libando, desesperada y tenaz, el polvo de luz de su bombilla…  

en misteriosos roces de miradas, en menguantes lunas iluminando rostros.

 Afuera, quien lo diría, los ríos fluyen, las liebres velan, los niños sueñan. Tras las ventanas musgo negro, el tiempo, el silencio…la noche impera.


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