8/4/24

LA BOLSA Y LA VIDA.

 


No cotiza al alza en mí la nostalgia,

ni apenas recojo del tiempo, oportuno,

el beneficio de la auto-complacencia que

triunfal pudiera obtener con mis recuerdos.

Pero si me paro a resolver incógnitas y echar cuentas

el resultado en el ser es un azorado balance en positivo.

 

Esta escueta rentabilidad variable de mi

memoria, no obstante, me ayuda

a no ver todavía amortizados mis días,

y así continuar asumiendo ciertos

riesgos mecido en los asombrosos picos

y valles del dulce vaivén de mis idas y venidas.

 

Llegará el día en se impondrá el peso acumulado del tiempo,

tiempo ciego, con su ley inmutable y su imperturbable balanza,

extraña y desigual justicia de mil incertidumbres y una certeza.

 

Olvidando plazos y vencimientos a la vista lo que quede viviremos…

resistir será nuestra victoria resignada y falaz creyendo poder vengarnos

del tiempo, matándolo en el provecho de nuestras horas…

 

Así hasta el último balance y por qué no, pasar página en un tan codiciado suma y sigue.

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